¿Cuál es el verdadero origen del Roscón de Reyes?

ÍNDICE:
¿Cuál es el verdadero origen del Roscón de Reyes?

¿Qué es el Roscón de Reyes?

¿Cuál es el origen del Roscón de Reyes?

¿Dónde encontrar uno de los mejores Roscones de Reyes de Madrid?

Aunque no sea originario de Oriente Medio ni lo traigan consigo los Reyes Magos en sus camellos, nadie se atreve a poner en duda el protagonismo que tiene este dulce durante los primeros días de enero. Y es que no importa demasiado si eres del team dulce o salado, todo el mundo lo ha probado alguna vez en la vida. Pero, ¿nunca te has preguntado de dónde viene la tradición de comerlo? Hoy arrojaremos un poco de luz sobre el origen del Roscón de Reyes. ¡No te lo pierdas!

¿Qué es el Roscón de Reyes?

El Roscón de Reyes es un bollo elaborado con una masa dulce con forma de toroide adornado con rodajas de fruta confitada de colores variados que representan las joyas de una corona. Aunque tradicionalmente suele estar relleno de nata, crema o trufa; en los últimos años han ido apareciendo nuevas variantes como pistacho, chocolate o crema de Lotus.

En su interior se introducen sorpresas, normalmente figuritas de cerámica o de plástico, que los comensales llegan a encontrar en alguna rebanada. Aunque su característica más destacable es que dentro del Roscón de Reyes también hay una haba seca. La tradición dice que aquel que la encuentre debe pagarlo.

Aunque tradicionalmente se suele comer el día 6 de enero, denominado día de Reyes, desde hace unos años no es extraño encontrarlo a partir de los días siguientes a la Navidad.

¿Cuál es el verdadero origen del Roscón de Reyes?

A pesar de su nombre y de que se trata de un dulce navideño, sus orígenes no tienen nada que ver con el nacimiento de Jesús y la llegada de los Reyes Magos. De hecho, para encontrar su verdadero origen hace falta remontarse al siglo II a.C. en la Antigua Roma. A mediados del mes de diciembre, tras la finalización de los trabajos en el campo, se realizaban unas celebraciones conocidas como “Saturnales” (en homenaje a Saturno, dios de la agricultura y las cosechas) en las que se festejaba la finalización del periodo más oscuro del año.

Este periodo de fiesta era tan importante que hasta los esclavos estaban excusados de cualquier trabajo y podían pasar esos días de una manera ociosa. Entre las muchas comidas que se preparaban para la celebración, se realizaba una torta a base de miel en la que se le introducían algunos frutos secos, dátiles e higos. Este postre se convirtió rápidamente en uno de los más populares de la festividad.

De hecho, se calcula que fue en el siglo III d.C. cuando se introdujo la famosa haba. Aunque, por aquel entonces, se consideraba un símbolo de prosperidad y de fertilidad, por lo que se auguraba un buen año a quien la encontrara.

Tras declararse el cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano, las celebraciones paganas (entre ellas las Saturnales) fueron desapareciendo. Pero algunas costumbres se mantuvieron como, por ejemplo, la de comer la torta que contenía un haba y, que con los años, adquirió la forma de roscón.

¿Y la tradición moderna? ¿Por qué se come el Roscón de Reyes el día 6 de enero?

Dejando atrás los tiempos de la Antigua Roma, pasamos a la Francia del siglo XI donde se retomará parte de las antiguas tradiciones en una fiesta conocida como “Rey del Haba”. En dicha festividad, cada pueblo ofrecía un bollo dulce a los niños más pobres para celebrar la Epifanía y el afortunado que encontraba el haba recibía todo tipo de regalos. A la larga, esta tradición se extendió a la aristocracia. Las familias se reunían para comer el roscón y ver quién era el afortunado en encontrar la preciada legumbre y presidir la mesa durante la cena como recompensa.

Aunque no es hasta el siglo XVIII cuando se plantearía el modelo de la tradición actual. Se dice que un cocinero con ganas de contentar al pequeño rey Luis XV, introdujo como recompensa un medallón de oro en el roscón. Evidentemente, esto provocó que nadie deseara el haba dando lugar a la famosa dualidad del premio y castigo. Esta nueva modalidad fue introducida en España por Felipe V. Al final, con el paso de los años, la moneda se cambió por una figurita de cerámica.

Hoy en día, mientras que la persona que encuentra el haba es la que tiene que pagar el roscón, al que le toca la figurita es coronado rey y gana el derecho de ponerse la corona que suele acompañar al Roscón de Reyes.

Ahora que sabes cuál es el origen del Roscón de Reyes… ¿Quieres probar uno de los mejores de Madrid?

Durante los primeros días de enero, la venta de estos dulces se dispara. Aunque todavía mucha gente opta por comprarlos en supermercados, los roscones artesanales cada vez tienen un mayor protagonismo. ¡Y no es de extrañar! Una vez que los pruebes, notarás rápidamente la diferencia y no querrás volver a los industriales nunca más. Y si hablamos de obradores artesanales, La Hogaza se merece un puesto de honor.

Esta panadería es regentada por el maestro panadero y pastelero Ireneo Marciniak quien comenzó su carrera en 1985 en una pequeña ciudad polaca llamada Boleslawiec. Después de graduarse como oficial de panadería, se trasladó a Esapaña con una idea muy clara: abrir su propio negocio. Hoy en día, cuenta con cuatro obradores localizados en Tres Cantos, en el céntrico barrio de Chueca, en Soto del Real y otro en Miraflores el Real.

Nosotros nos hemos acercado al que está situado en Chueca. Si tú también quieres hacerlo, a continuación encontrarás su ubicación para localizarlo más fácilmente.

Esta pequeña panadería localizada muy cerca de la parada de Metro Chueca no destaca por amplios escaparates o decoraciones extravagantes que solo atraen a gente buscando sacarse una foto. Aquí, lo único que importan son el pan y la bollería. Aunque, durante los primeros días del año, lo más buscado en este negocio son sus deliciosos roscones de reyes elaborados con masa madre. Dispones de muchos tamaños y rellenos diferentes, entre ellos: nata, crema, trufa, crema de pistacho, Nocilla, etc.

Un Roscón de Reyes riquísimo

En nuestro caso, hemos pedido un Roscón de Reyes de 125 gramos para dos personas. En un primer momento nos sorprendió su aspecto compacto y la cantidad de relleno que contenía. ¡La nata y la crema prácticamente se salían por todos lados! Otra cosa que llamó nuestra atención fue que, a diferencia de los típicos roscones, este traía poca cantidad de frutas confitadas por encima. Pero, a decir verdad, no nos importó demasiado porque somos de los que siempre las quitamos.

Aunque pueda parecer lo contrario, se trata de un roscón muy ligero en los que la nata y la crema no impiden disfrutar del sabor de la masa y el azúcar. Mientras que la primera tiene un cuerpo y sabor muy suave, la segunda es dulce pero no llega a empalagar. Además, tiene un toque cítrico muy sutil que sorprende y la hace muy adictiva. En pocas palabras, ¡este Roscón de Reyes buenísimo!