Restaurante La Pepica, más de 125 años de tradición arrocera
El Restaurante La Pepica cuenta con una larga trayectoria sirviendo paellas en el paseo marítimo de Valencia. ¿Quieres saber más? ¡Descubre todo lo que necesitas saber sobre uno de los restaurantes más antiguos de Valencia!
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Restaurante La Pepica, más de 125 años de tradición arrocera
Valencia es famosa por ser la cuna de la paella. Esta exquisita receta, que tiene sus raíces profundamente arraigadas en la cultura y la historia de la ciudad, ha conquistado los paladares de todo el mundo. Y, aunque se trata de un plato que ha ido evolucionando, hoy en día, todavía es posible encontrar sus versiones más tradicionales. En Valencia, hay muchos lugares donde puedes encontrarlas, pero son muy pocos los que pueden rivalizar en historia con el Restaurante La Pepica.
En este artículo, nos aventuraremos en uno de los rincones más emblemáticos de la capital del Turia. ¡Acompáñanos en este viaje gastronómico a uno de los restaurantes más antiguos de Valencia!
Sobre el Restaurante La Pepica, uno de los más antiguos de Valencia
A lo largo de los años el restaurante ha atraído a una clientela muy diversa. Actores, cantantes, escritores, artistas, políticos… ¡Hasta el mismísimo rey de España se ha sentado en una de sus mesas! Todas estas visitas han contribuido a catapultar su prestigio internacional y están registradas en la infinidad de fotografías que decoran sus paredes.
Hoy en día, el Restaurante La Pepica está situado en el paseo marítimo de Valencia en primera línea de playa. Su decoración es un tributo a su rica historia y a la esencia de la cultura mediterránea. Y aunque ha sido sometido a algunas remodelaciones, han logrado mantener una atmósfera cálida y acogedora que evoca a su tradición culinaria. Cuenta con una terraza con vistas al Mar Mediterráneo, un salón con capacidad para más de 450 comensales y un salón privado para la celebración de eventos como bodas, comuniones o comidas de empresa.
En el mapa que encontrarás a continuación, podrás contemplar dónde está situado con exactitud.
Croquetas de jamón
Para ser honestos, si tenemos en cuenta la relación precio tamaño, nuestra primera impresión fue un poco decepcionante debido a su reducidas dimensiones. Pero después de probarlas, esa decepción se convirtió en una sensación de inmenso deleite. Aunque el rebosado no es demasiado crujiente, su interior es tan cremoso y sabroso que comer solamente una se convierte en una tarea realmente difícil. Si tuviéramos que describirlas con una sola palabra, esta sería “exquisitas”.
Si eres un amante de las croquetas como nosotros, no lo dudes. ¡Estamos seguros que te encantarán!
Patatas bravas a la valenciana del Restaurante La Pepica
Para ser honestos, nos llamó mucho la atención el hecho de que las ofrecen como “Patatas bravas a la valenciana”. Esa muletilla nos hizo intuir que estábamos ante una variación del plato tradicional y nos hizo sentir entusiasmados porque nunca habíamos escuchado hablar de ella. Pero, ¿cuál fue la sorpresa? ¡Que no había ni rastro de la legendaria salsa brava! El aderezo consistía en salsa alioli, aceite de pimentón y avellanas.
Al igual que nos pasó con las croquetas de jamón, nuestra primera impresión fue que la relación precio cantidad era algo desequilibrada. Salvo por ese detalle, podemos asegurar que las patatas bravas a la valenciana del Restaurante La Pepica son una muy buena opción para comenzar la comida. Por un lado, la combinación del aceite de pimentón y la salsa alioli generan un contraste de sabores dulce y salado exquisito. Por el otro, las avellanas aportan una textura crujiente que hacen realmente divertido cada bocado.
A nosotros nos han encantado.
Paella valenciana del Restaurante La Pepica, una de las más solicitadas de la ciudad
A diferencia de lo ocurrido con los entrantes, nuestras primeras sensaciones fueron bastante positivas. Aunque una mayor cantidad de ingredientes como las judías verdes o el garrofón hubiera sido más que bienvenida, en general, la relación cantidad precio nos pareció inmejorable.
Dejando atrás esa primera impresión, y para ser honestos, nos dejó cargados de buenos recuerdos. Para empezar, el arroz, al estar cocinado en su punto exacto, aportaba al conjunto una textura melosa que funcionaba a la perfección como un nexo de unión entre todos los sabores. Luego, el sabor del caldo, aunque resultaba ligeramente abrumador, nos pareció delicioso. Y por último, pero igual de importante, el pollo y el conejo estaban muy jugosos.
Si tuviéramos que citar aspectos negativos del plato, solamente serían dos: la falta de socarrat debido a la intensidad de funcionamiento de la cocina y, para nuestro gusto, el excesivo sabor a romero. Aún así, salvo estos dos aspectos, nos pareció deliciosa.
Opinión personal del restaurante la pepica
Bajo nuestro punto de vista, visitar un restaurante centenario suele ser sinónimo de excelencia en el servicio y buena calidad en la comida. Afortunadamente, el Restaurante La Pepica no es una excepción ya que nos impresionó su buena a atención al cliente. Realizar una reserva es sencillo porque puedes hacerlo a través de la página web. Pero solicitar una tarjeta de crédito para realizar un cargo en caso de no presentarse a la cita nos ha resultado insultante debido a que demuestra una falta total de confianza en los clientes. Sea como sea, nuestra recomendación es reservar mesa.
Aparte de eso, en términos generales afirmamos que nuestra experiencia en el Restaurante La Pepica ha sido positiva. Aunque todas las mesas estaban ocupadas, el trato de los camareros fue correcto, rápido y eficiente. Pero sinceramente, lo que más nos llamó la atención fue el hecho de no poder reservar la paella para una hora en concreto. No hacerlo se tradujo en una espera de unos 50 minutos desde el momento en el que hicimos el pedido. Al final, cuando el plato estrella llegó a la mesa, ya no teníamos hambre.
Para finalizar, nos gustaría remarcar que, aunque la calidad de la comida es buena, a nuestro parecer, esta paella valenciana no es la mejor que hemos podido probar en Valencia. Eso, sumado a que la relación cantidad precio de algunos platos simples como las croquetas o las patatas bravas nos pareció descompensada, nos ha dejado un sabor agridulce.
Nuestra opinión personal es que vale la pena visitar el restaurante. Y no solo por su comida, sino también porque hacerlo es como descubrir una pequeña parte de la historia de la ciudad. Pero, sinceramente, una visita es más que suficiente.
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